PUNTA ARENAS 11 DE BRIL DEL 2011
SEÑOR
EDITOR DE MEDIO DE COMUNICACION PUBLICA
PRESENTE
Hacemos llegar a su respetable Medio---
Entrevista a SARA Expresa Politica de Cordova Argentina.
Nuestro promedio de vida está entre los 55 y los 62 años”
Sara Waitman, presidenta de la agrupación que aúna a los detenidos de la dictadura en Córdoba, indicó que los principales pedidos al Estado pasan por una atención médica y un apoyo económico
Se desarrolló en Argentina el primer encuentro latinoamericano de ex presos políticos y contó en su organización con una cordobesa, la presidenta de la asociación en Córdoba Sara Waitman. Entre los puntos que se trataron, se destacó la necesidad de una atención médica y un acompañamiento económico.
Waitman, que además es integrante de la Asociación Nacional de ex presos políticos, indicó que “Córdoba fue pionera en nuestra organización, pues nos empezamos a juntar porque muchos compañeros cuando salieron en libertad no podían trabajar, incluso pasa hasta el día de hoy”.
La militante sostiene que el saldo es negativo en relación con el promedio de vida de quienes estuvieron detenidos en los centros durante la última dictadura militar. “Esto se debe a las malas condiciones en las que vivimos durante el terrorismo de Estado: encierro, tortura, amenazas permanentes”, asegura.
-¿Cómo surge la necesidad de juntarse, primero en Córdoba y después en América?
-Desde la asociación surgió la necesidad de juntarnos por los juicios, porque decidimos hacer las denuncias en los lugares en los que estuvimos detenidos, además de acompañarnos mutuamente en todos los procesos de nuestro país. Ahora, hemos avanzado hacia otra instancia que involucra a Latinoamérica, por lo que fue el Plan Cóndor. El terrorismo de Estado fue una herramienta implementada por el Gobierno norteamericano que avanzó por todos los países de América y que llegó a Argentina con la dictadura más cruel.
-¿Cuál es la realidad que viven los ex presos en los otros países?
-Lamentablemente vivimos la misma experiencia en todos los países, y en el primer encuentro de ex presos políticos se comentaron casos similares en Argentina, Chile, Brasil y Uruguay. Nosotros estamos mucho más avanzados en lo que se refiere a juicios, y creemos que se debe a la lucha de los organismos de Derechos Humanos y a la derogación de las leyes de indulto, de punto final y obediencia debida.
Sara Waitman considera que, aunque se han dado importantes avances, aún resta mejorar lo que sucede con las leyes reparatorias. “El Gobierno provincial nos dice que ya se nos pagó una indemnización, pero se lo hizo por día de detención y no por los daños recibidos”, dice y agrega: “Todos tenemos secuelas de la dictadura”.
Explica que durante el gobierno de Carlos Menem se les pagó con bonos a 10 años. “En esa situación, nadie tenía trabajo, estábamos con problemas de salud, se dieron todas las condiciones que accediéramos a esos bonos”, confiesa y señala que hasta el día de hoy siguen reclamando.
En el marco del pedido de los ex presos se ha presentado un proyecto en la Cámara de Diputados para que obtengan una pensión universal y vitalicia. Ya ha sido apoyado por la comisión de Derechos Humanos y ahora esperan que sea tratado en otras 2 comisiones, para que obtenga la media sanción antes del primer semestre. “Todos los días tratamos con compañeros con un estado de salud muy malo y con un promedio de vida de entre 55 y 62 años”, asegura Waitman.
-¿Estas problemáticas son similares a la de los países limítrofes?-Sí, son muy similares, pero a ellos se les suma la falta de juicios. Uruguay debe derogar la ley de caducidad, en Brasil pueden hacer las denuncias pero no pueden llegar a los juicios. Creemos que lo mejor es estar juntos y pelear por estos pedidos a nivel de ex presos latinoamericanos, reclamar al Estado, pero que el pueblo esté presente, para que nunca más pase esto en un país.
-Córdoba, en especial, ha sido ejemplar en cuanto a los juicios.
-Aquí influye el apoyo del Gobierno nacional en cuanto a los juicios, la Secretaría de Derechos Humanos también es querellante en muchas causas. A nosotros nos da mucha satisfacción, porque estamos muriéndonos primero nosotros que los represores. Uno los ve viejos, pero han llegado muy bien a esa edad, la han pasado muy bien.
La presidenta de la asociación cordobesa considera que no sólo quienes estuvieron detenidos sufrieron los daños provocados por la dictadura militar, sino que afectó a todo el país. “Cerraron fábricas, empresas, cuestiones muy duras que nos llevarán muchos años superar, después de la dictadura y los gobiernos neoliberales que hemos tenido”, sostiene.
-¿En qué consiste el pedido de atención clínica?
-Estamos trabajando por una atención médica para nuestros compañeros, para que puedan recibir la cobertura que necesitan. Muchos, por más de contar con obra social, están enfermos de cáncer, el año pasado murieron 3 compañeros en Córdoba. Esto nos duele, porque aunque peleemos, son secuelas que nos quedan. Hemos firmado un convenio con la Universidad Nacional de Córdoba, para que nos atiendan a través de ellos a los compañeros que no tienen nada.
-¿Cuáles son las afecciones más comunes entre los ex presos?
-Hay muchos compañeros que están con problemas visuales, articulares, dentales, porque acá en Córdoba estuvimos encerrados casi 2 años sin sol, no teníamos patio. Estábamos incomunicados con nuestras familias, no teníamos nada, ni siquiera medicamentos, a todos nos daban la misma pastilla cuando pedíamos turno. No teníamos atención de ningún tipo y esas cosas se sienten ahora, después de un tiempo.
Detaca que es fundamental el reconocimiento del Estado a través de sus políticas, pero que también es necesario un spoyo de la sociedad.
-¿Cuántos ex presos hay en Córdoba?
-Alrededor de 1.200 compañeros. No es tanto si uno se fija que a nivel país hay entre 10 mil y 12 mil. Córdoba tuvo el primer registro provincial, medida que ha sido tomada por la Nación. Se está haciendo un pedido para que todas las provincias adhieran a esta herramienta, pero hay algunas como San Luis en las que no se da apoyo.
Waitman indica que el registro es clave para el trabajo con los ex presos. “De este modo, podemos cruzar información muy valiosa. Nosotros hemos visto a los compañeros en los centros de detención, hemos sabido qué fue de ellos”, asegura.
“Nosotros salimos y seguimos militando en los lugares como gremios o fábricas. Siempre estuvimos denunciando lo que sucedía, incluso cuando estuvimos detenidos lo hacíamos, a la Cruz Roja Internacional, a la CIDH, a la Justicia Federal”, concluye la militante, que afirma: “Nuestros testimonios tienen que revalorizarse, y ahora necesitamos unirnos más que nunca ante los juicios”.
“No nos dejaban ver el sol”
“Yo fui detenida el 20 de noviembre de 1976 en la terminal de ómnibus con mi novio que ahora está desaparecido”, cuenta sobre su experiencia Sara.
Sigue: “Nos llevaron al campo de La Ribera y luego a la Unidad Penitenciaria Nº 1. Allí yo estuve 2 años y después me llevaron a Devoto, donde estuve 5 meses. Me dieron la libertad y en poco tiempo empecé a trabajar en la docencia, por lo que tuve una buena oportunidad para volver a trabajar”.
Indica que su novio, ahora desaparecido, fue visto por última vez en La Perla.
“En la UP1 estuve 2 años en celdas individuales, sin ver el patio, sólo para el temblor de Caucete. Fue la única vez que vimos el sol”, cuenta.
Indica que, aunque los represores creían tenerlos incomunicados, ellos hablaban entre sí. “Nos dábamos entre nosotras clases de historia, de educación física, de matemáticas escribiendo las cuentas con el jabón. Utilizábamos el tiempo que ellos utilizaban para matarnos, pero nosotros para aprender y salir mejor física y psíquicamente”, dice.
Sara confiesa que estas charlas fueron fundamentales: “Eso nos ayudó mucho, porque ellos no entendían cómo estábamos tan bien aún en las condiciones en las que nos tenían”.
El pedido de las víctimas del terrorismo de Estado
En el comunicado elaborado por los ex presos políticos de Latinoamérica, se detallaron los pedidos que efectúan al Estado y diversas definiciones como agrupación. Aquí presentamos algunos de ellos.
* Denunciamos a los Estados Unidos como el principal responsable del Terrorismo de Estado y el Genocidio en América Latina, a través de la implementación de los sucesivos golpes de Estado y del Plan Cóndor.
* Rechazamos la teoría de los “dos demonios” como forma de justificar la represión de nuestros pueblos durante las dictaduras de los años 60-70 en América Latina.
* Observamos con preocupación el no cumplimiento por parte de los países de las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de los Estados Americanos.
* Nos comprometemos a luchar y a exigir a nuestros estados que por todos los medios posibles terminen con la impunidad y juzguen los crímenes de lesa humanidad.
* Exigimos que los estados latinoamericanos cumplan con los pactos internacionales y especialmente con la resolución 60/147 de la ONU del 16 de diciembre del 2005: restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y garantía de “no repetición” por todo daño y/o perjuicio causado por el abuso de poder.
* Reclamamos como un derecho que en materia reparatoria e indemnizatoria se reconozca la situación de “vulnerabilidad especial por razón de género de la mujer”.
* Consideramos que a los efectos de lograr el enjuiciamiento y condena de todos los responsables de graves violaciones de los derechos humanos (civiles y militares) se instrumente la creación de un archivo específico sobre el Plan Cóndor con toda documentación evaluada como prueba, que sea un elemento concreto para su uso cultural, social y jurídico.
* Proponemos la utilización de las diferentes instancias de los organismos regionales de América Latina para actuar en defensa de los derechos humanos.
* Rechazamos las instalaciones de bases militares en América Latina.
* Exigimos la anulación de las leyes antiterroristas de toda nuestra América Latina.
Luis Schlossberg
lschlossberg@puntal.com.ar
Waitman, que además es integrante de la Asociación Nacional de ex presos políticos, indicó que “Córdoba fue pionera en nuestra organización, pues nos empezamos a juntar porque muchos compañeros cuando salieron en libertad no podían trabajar, incluso pasa hasta el día de hoy”.
La militante sostiene que el saldo es negativo en relación con el promedio de vida de quienes estuvieron detenidos en los centros durante la última dictadura militar. “Esto se debe a las malas condiciones en las que vivimos durante el terrorismo de Estado: encierro, tortura, amenazas permanentes”, asegura.
-¿Cómo surge la necesidad de juntarse, primero en Córdoba y después en América?
-Desde la asociación surgió la necesidad de juntarnos por los juicios, porque decidimos hacer las denuncias en los lugares en los que estuvimos detenidos, además de acompañarnos mutuamente en todos los procesos de nuestro país. Ahora, hemos avanzado hacia otra instancia que involucra a Latinoamérica, por lo que fue el Plan Cóndor. El terrorismo de Estado fue una herramienta implementada por el Gobierno norteamericano que avanzó por todos los países de América y que llegó a Argentina con la dictadura más cruel.
-¿Cuál es la realidad que viven los ex presos en los otros países?
-Lamentablemente vivimos la misma experiencia en todos los países, y en el primer encuentro de ex presos políticos se comentaron casos similares en Argentina, Chile, Brasil y Uruguay. Nosotros estamos mucho más avanzados en lo que se refiere a juicios, y creemos que se debe a la lucha de los organismos de Derechos Humanos y a la derogación de las leyes de indulto, de punto final y obediencia debida.
Sara Waitman considera que, aunque se han dado importantes avances, aún resta mejorar lo que sucede con las leyes reparatorias. “El Gobierno provincial nos dice que ya se nos pagó una indemnización, pero se lo hizo por día de detención y no por los daños recibidos”, dice y agrega: “Todos tenemos secuelas de la dictadura”.
Explica que durante el gobierno de Carlos Menem se les pagó con bonos a 10 años. “En esa situación, nadie tenía trabajo, estábamos con problemas de salud, se dieron todas las condiciones que accediéramos a esos bonos”, confiesa y señala que hasta el día de hoy siguen reclamando.
En el marco del pedido de los ex presos se ha presentado un proyecto en la Cámara de Diputados para que obtengan una pensión universal y vitalicia. Ya ha sido apoyado por la comisión de Derechos Humanos y ahora esperan que sea tratado en otras 2 comisiones, para que obtenga la media sanción antes del primer semestre. “Todos los días tratamos con compañeros con un estado de salud muy malo y con un promedio de vida de entre 55 y 62 años”, asegura Waitman.
-¿Estas problemáticas son similares a la de los países limítrofes?-Sí, son muy similares, pero a ellos se les suma la falta de juicios. Uruguay debe derogar la ley de caducidad, en Brasil pueden hacer las denuncias pero no pueden llegar a los juicios. Creemos que lo mejor es estar juntos y pelear por estos pedidos a nivel de ex presos latinoamericanos, reclamar al Estado, pero que el pueblo esté presente, para que nunca más pase esto en un país.
-Córdoba, en especial, ha sido ejemplar en cuanto a los juicios.
-Aquí influye el apoyo del Gobierno nacional en cuanto a los juicios, la Secretaría de Derechos Humanos también es querellante en muchas causas. A nosotros nos da mucha satisfacción, porque estamos muriéndonos primero nosotros que los represores. Uno los ve viejos, pero han llegado muy bien a esa edad, la han pasado muy bien.
La presidenta de la asociación cordobesa considera que no sólo quienes estuvieron detenidos sufrieron los daños provocados por la dictadura militar, sino que afectó a todo el país. “Cerraron fábricas, empresas, cuestiones muy duras que nos llevarán muchos años superar, después de la dictadura y los gobiernos neoliberales que hemos tenido”, sostiene.
-¿En qué consiste el pedido de atención clínica?
-Estamos trabajando por una atención médica para nuestros compañeros, para que puedan recibir la cobertura que necesitan. Muchos, por más de contar con obra social, están enfermos de cáncer, el año pasado murieron 3 compañeros en Córdoba. Esto nos duele, porque aunque peleemos, son secuelas que nos quedan. Hemos firmado un convenio con la Universidad Nacional de Córdoba, para que nos atiendan a través de ellos a los compañeros que no tienen nada.
-¿Cuáles son las afecciones más comunes entre los ex presos?
-Hay muchos compañeros que están con problemas visuales, articulares, dentales, porque acá en Córdoba estuvimos encerrados casi 2 años sin sol, no teníamos patio. Estábamos incomunicados con nuestras familias, no teníamos nada, ni siquiera medicamentos, a todos nos daban la misma pastilla cuando pedíamos turno. No teníamos atención de ningún tipo y esas cosas se sienten ahora, después de un tiempo.
Detaca que es fundamental el reconocimiento del Estado a través de sus políticas, pero que también es necesario un spoyo de la sociedad.
-¿Cuántos ex presos hay en Córdoba?
-Alrededor de 1.200 compañeros. No es tanto si uno se fija que a nivel país hay entre 10 mil y 12 mil. Córdoba tuvo el primer registro provincial, medida que ha sido tomada por la Nación. Se está haciendo un pedido para que todas las provincias adhieran a esta herramienta, pero hay algunas como San Luis en las que no se da apoyo.
Waitman indica que el registro es clave para el trabajo con los ex presos. “De este modo, podemos cruzar información muy valiosa. Nosotros hemos visto a los compañeros en los centros de detención, hemos sabido qué fue de ellos”, asegura.
“Nosotros salimos y seguimos militando en los lugares como gremios o fábricas. Siempre estuvimos denunciando lo que sucedía, incluso cuando estuvimos detenidos lo hacíamos, a la Cruz Roja Internacional, a la CIDH, a la Justicia Federal”, concluye la militante, que afirma: “Nuestros testimonios tienen que revalorizarse, y ahora necesitamos unirnos más que nunca ante los juicios”.
“No nos dejaban ver el sol”
“Yo fui detenida el 20 de noviembre de 1976 en la terminal de ómnibus con mi novio que ahora está desaparecido”, cuenta sobre su experiencia Sara.
Sigue: “Nos llevaron al campo de La Ribera y luego a la Unidad Penitenciaria Nº 1. Allí yo estuve 2 años y después me llevaron a Devoto, donde estuve 5 meses. Me dieron la libertad y en poco tiempo empecé a trabajar en la docencia, por lo que tuve una buena oportunidad para volver a trabajar”.
Indica que su novio, ahora desaparecido, fue visto por última vez en La Perla.
“En la UP1 estuve 2 años en celdas individuales, sin ver el patio, sólo para el temblor de Caucete. Fue la única vez que vimos el sol”, cuenta.
Indica que, aunque los represores creían tenerlos incomunicados, ellos hablaban entre sí. “Nos dábamos entre nosotras clases de historia, de educación física, de matemáticas escribiendo las cuentas con el jabón. Utilizábamos el tiempo que ellos utilizaban para matarnos, pero nosotros para aprender y salir mejor física y psíquicamente”, dice.
Sara confiesa que estas charlas fueron fundamentales: “Eso nos ayudó mucho, porque ellos no entendían cómo estábamos tan bien aún en las condiciones en las que nos tenían”.
El pedido de las víctimas del terrorismo de Estado
En el comunicado elaborado por los ex presos políticos de Latinoamérica, se detallaron los pedidos que efectúan al Estado y diversas definiciones como agrupación. Aquí presentamos algunos de ellos.
* Denunciamos a los Estados Unidos como el principal responsable del Terrorismo de Estado y el Genocidio en América Latina, a través de la implementación de los sucesivos golpes de Estado y del Plan Cóndor.
* Rechazamos la teoría de los “dos demonios” como forma de justificar la represión de nuestros pueblos durante las dictaduras de los años 60-70 en América Latina.
* Observamos con preocupación el no cumplimiento por parte de los países de las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de los Estados Americanos.
* Nos comprometemos a luchar y a exigir a nuestros estados que por todos los medios posibles terminen con la impunidad y juzguen los crímenes de lesa humanidad.
* Exigimos que los estados latinoamericanos cumplan con los pactos internacionales y especialmente con la resolución 60/147 de la ONU del 16 de diciembre del 2005: restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y garantía de “no repetición” por todo daño y/o perjuicio causado por el abuso de poder.
* Reclamamos como un derecho que en materia reparatoria e indemnizatoria se reconozca la situación de “vulnerabilidad especial por razón de género de la mujer”.
* Consideramos que a los efectos de lograr el enjuiciamiento y condena de todos los responsables de graves violaciones de los derechos humanos (civiles y militares) se instrumente la creación de un archivo específico sobre el Plan Cóndor con toda documentación evaluada como prueba, que sea un elemento concreto para su uso cultural, social y jurídico.
* Proponemos la utilización de las diferentes instancias de los organismos regionales de América Latina para actuar en defensa de los derechos humanos.
* Rechazamos las instalaciones de bases militares en América Latina.
* Exigimos la anulación de las leyes antiterroristas de toda nuestra América Latina.
Luis Schlossberg
lschlossberg@puntal.com.ar
VERDAD, JUSTICIA, MEMORIA, REPARACION
NADA MAS, NADA MENOS
NADA MAS, NADA MENOS
INTEGRAN LA COORDINADORA: Agrupacion ExPP de Copiapó, Agrupacion ExPP V Región, Coordinadora ExPP Santiago, Coordinadora ExPP VIII Región, Agrupacion ExPP IX Región, Agrupacio Ex PP Purranque, Agrupación Ex PP Paillaco, Coordinadora Ex PP Valdivia, Coordinadora Ex PP Ososrno
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